martes, 7 de octubre de 2008

¡Seguimos abiertos!


Queridos amigos del blog. Hace unos días, Ana, una mujer que conoce el mundo de la comunicación me recordó lo que cualquier seguidor de internet sabe que no se debe de hacer: abandonar el blog. Fue como ese amigo que te dice: Admite que hace varios meses que no vas al gimnasio o admite que has vuelto a fumar.
Según su advertencia la primera impresión de ver el blog de un negocio abandonado es que o eres un inconstante en el mejor de los casos (ha sido ésto) o has cerrado el negocio, o sea que el mensaje de vuelta es simple: ¡ ESTAMOS ABIERTOS !

Y FELICES EN LO PROFESIONAL... Aunque un poco perjudicados por el gran trabajo que hemos tenido en la Expo, muy felices porque creo que nosotros en particular y la hostelería zaragozana en general hemos estado a la altura y los que nos han visitado se han ido super-contentos. Muy por encima de las expectativas de nuestros mandamases zaragozanos (gentes de poca fe).

El único punto negativo el acoso multador hacia los restaurantes (aunque quede el consuelo de que en el interior del recinto Expo la cosa alcanzó tintes apocalípticos, según me ha comentado algún compañero con garito dentro: una obsesión que no había vivido éste amigo en toda su carrera profesional, de muchos años en muchas ciudades). Y es que lo que yo digo, habrá que hacer las cosas bien porque sí, no por la Expo. A ver si se tranquiliza la cosa... la cosa de la inspección y así nos dejan atender a los clientes, que son los que menos mal dais, pobrecicos míos.

En bares y restaurantes balance desigual: Bien en zona turística, regular en centro y mal en barrios (excepto el Actur).

Y FELICES EN LO PERSONAL:
¡Que bonito ver tu ciudad así!
Siempre recordaremos este verano de Expo: el orgullo de que ver que se logró organizar semejante tinglado en Aragón, la estampa de la Expo por la noche, las cenas de "cocinas del mundo" con amigos, los espectáculos... y como dijo nuestro Belloch esos 7 "gugenheims" que nos quedan (Auditorio, Torre del Agua, Pabellon Puente, Tercer Milenio...)
Y lo mejor esas riberas que incluso después de terminar la Expo, cuando hoy en día paseas por ellas, sientes que no estás en Zaragoza (en el mejor de los sentidos) que han transportado a otra ciudad, que estás en un peli de Woody Allen: Modernidad, buen rollo... Ahora sólo queda cuidar todo ese legado.

Lo dicho: Seguimos en la brecha, pues el Pilar, aunque un poco más mustio este año, nos exigirá como siempre un esfuerzo adicional. Y luego ¡a aguantar la crisis y la depresión post-Expo!, aunque eso y un pequeño recuerdo de lo vivido estos meses será tema para otros post ¡Hay material!